Descripción enviada por el equipo del proyecto. Los terrenos en las costas cada vez son más valorados, tener vista al mar es algo primordial, y pareciera que es un factor que vincula desde su naturaleza al hombre como fuente de descanso e inspiración. Una imagen contemplativa e infinita de sueños y relajo. Es por eso que la relación estrecha entre el hombre y el mar está asociada al goce, al descanso, al encuentro de los seres más íntimos en este caso, la familia y los amigos.
El cerro Tacna, extensión de un balneario sencillo, ha adquirido en su primera línea, próxima al mar, un importante valor, las casas se alzan entre sí hacia el mar, al igual que hacia un escenario, por un trozo de vista hacia nuestro inconmensurable océano.
El encargo consistió en desarrollar una segunda vivienda destinada al descanso y al encuentro de la familia y amigos, en un espacio abierto, flexible y comunicado entre si, en donde exterior e interior se fusionen en un solo espacio y elemento, comprendiendo que la optimización de superficie, se otorga al espacio comunitario y los dormitorios, entendidos como espacios acotados, para dormir y descansar.
La relación al entorno es errática, por un lado enfrenta al mar, expuesta y abierta, y hacia sus costados, estrechos con sus vecinos. De esa manera, se armo una suerte de manto negro que envuelve la casa dirigiendo las vistas y cerrándose hacia sus vecinos, estableciendo intimidad y a su vez, regulando la fuerte exposición solar norte, esta, controlada por pequeñas perforaciones que entregan luz controlada, de paso dibujando con su luz, el recorrido y el paso del día.
En contraposición al manto negro, el volumen se muestra vidriado y traslucido dejando ver su estructura robusta de madera como soporte de los elementos arquitectónicos, “estructura como arquitectura a la vista”, la estructura se presenta y expone como un elemento estético y extrovertido de la vivienda. Cada estructura de madera se dimensiono especialmente para su uso, no existen en el mercado, son piezas únicas que se ponen en valor.
La casa se orienta en las vistas, su intimidad, su asoleamiento y ventilación, para generar un grato y amistoso habitar, engranándose a su entorno por medio de un volumen intervenido, su interior se abalcona a sí mismo, como un espacio comunitario, publico, que lo caracteriza, en sus generosas terrazas, como bandejas que construyen un paisaje y un encuentro de la familia, sus amigos y el mar.